jueves, 12 de marzo de 2009

Estas palabras arrugadas, noctambulas pasajeras, que se deslizan como agua turbia por las aceras y calles vacías, estas pisoteadas se deslizan serpenteando recorriendo su destino incierto, estas sin principio, ni fin, no contienen mensaje alguno, nos sirven para sueños, no se inmutan, ni se detienen a contemplar el paisaje, solo deambulan, se enredan y caen de la cuerda que penden, giran cíclicas sobre su férreo espiral que las conduce hacia su profundo abismo, aquel agujero negro donde convergen todos y cada uno de los devenir de los sucesos, aquellos que conforman este entorno, el que entre nieblas se esconde, se torna difuso y confuso, se trastorna y tropieza y cada desacierto es comenzar de nuevo.
Palabras para cada momento de aflicción, estas se confunden entre quimeras y sueños fallidos, entre esos nubarrones negros que desde su distancia nublan la luz que suele iluminar esos instantes que como callejones ebrios conducen hacia donde la esperanza colapsa y estalla en mil pedazos de destino, cada camino es un subvenir turbio y nadando entre sombras en mis sueños, donde cada imagen entre la niebla espesa solo deja distinguir perfiles difusos que trasiegan mi entender, donde esos sueños jadeantes e ilusorios conforman el delirio de la mañana, cada paso que dan en mi mente buscando refugio, escudriñando rincones para aferrarsen a su febril causa que gira dentro de si.
En los ojos del tiempo, aquel que transcurre inevitablemente en su loca pesadilla, buscando las sustancias con que se preparan los sueños que siempre serán, o poder volar allá donde se encuentre todo lo que se fue, y todo es como esa balada al reflejo, a todos los reinos y llanuras que ya no se anhelan nombrar, que se marcharon con las horas trascurridas en las manos del tiempo y cambiaron de lugar, lugar donde yo nunca veré a dicha mariposa en mi jardín, ese jardín donde se crecieron sueños y estallaron quimeras que se perdieron en el aire y solo quedo el silencio confundido entre el susurro que arrastra el viento que vaga multidireccional y directo.
Toda esa ensarta de desvaríos arrancados de la tierra que mis pies pisan o salidos de mi mente que desangra pensamientos que algunas veces se dejan ver en mis ojos húmedos y en mí mirada gris, esa que refleja momentos pendientes, momentos de aflicción, esos pensamientos resbalan por mis mejillas y recorren mi rostro, pensamientos que desbordan de mis ojos inundados, estos salen cuando muere el sol y son atrapados o abrazados por la sombría noche y son acariciados por sus frías manos.
Momentos tan pavorosos y vánales algunos agónicos, caóticos, desmesurados aparecen salidos de ese laberinto de sombras, que se dejan ver con delirios, con pensamientos distraídos, con agónicas madrugadas, febriles momentos difíciles de anestesiar, momentos que como sortilegios no se sabe que pasara, conformando la vida solo de momentos, momentos que vienen y van, momentos que como la lluvia pasajera solo trascurrirán, momentos pendientes que el tiempo con su largo velo de olvido algún día cubrirá y entre esos se confundirán, entre lo reluciente y nuevo, quedando solo clavados en el pasado, arraigados y enlutados.
A este lugar vine a dar por accidente, para afrontar la existencia de azar, que lleva el naufrago en su barca de anhelos, mis caminatas se han vuelto el objeto que en las mañanas salgo a buscar, recorriendo la isla del olvido, recogiendo maderos y sueños sin lugar.
Escribiendo los despojos de expediente o fabricando este desespediente que esta lleno de lugares, momentos, cartas, risas, llantos, fechas, olvidos, desaciertos, sensaciones, ocasos, amaneceres e infinidades de puntos a su lista de agravios. Contiene momentos pendientes, días que se volvieron sueños, días disfrazados de domingo, donde solo el silencio y el eco de algunos pasos delimitan una historia que inconclusa ronda por las calles, entre susurros, entre suspiros y en algunas palabras ausentadas……………

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