domingo, 31 de enero de 2010

Silencio

Te amare en silencio
Sin que tú lo sepas
Sin que nadie lo sepa
A veces sin que yo lo sepa

Te amaré en silencio
Oculto entre la multitud
Entre el bullicio de esta ciudad
Y el silencio apacible de cada noche

Te amare en silencio
Con la grandeza de lo bello
Con la sutileza de una mirada
Y con las desmesura de un beso

Te amare en silencio
Cada florida mañana
Cada tarde que decolora en gris
Y cada momento de tu recuerdo sobre mí

Te amare en silencio
Sin que lo pidas
Sin que lo impidas
Sin que el destino me lo increpe
Muchas veces sin que yo mismo lo quiera

Te amare en silencio
Como lo hago, como hacen
Como se aman las causas perdidas
Y desaparecidas

Aún sin quedarme nada
Solo un vacio abismal
Sin quererlo
En silencio
Te amare


Sentado desde este abismal suplicio donde nos escondemos detrás de madrugadas, observando como se suicidan las horas, donde le huimos a la felicidad tortuosa, escondidos pateando pedazos de pensamientos que se confunden el la basura, entre las cloacas de humanidad que tanto odiamos supuestamente, pero a cada día comulgamos de ella. Estamos dejando que la oscuridad nos “acoja” entre sus garras, pero a cual nos aferramos como naufrago a su madero.

Cada estrella nos susurra al oído, haciendo énfasis sobre esto que tanto odiamos pero con cada suspiro lo inmortalizamos. Aunque a veces nos decimos “no voy no vas al juego del disfraz”, sin darnos cuenta que nacimos disfrazados o poco a poco la vida nos fue disfrazando de algo que siempre terminaremos odiando.

Interrogando estrellas que cada día se hacen más lejanas y eso me lo recuerda la fría mañana, esta que siempre pasa sus frías manos por nuestro cuerpo agonizante de soledad y nuestros sueños se levantan insomnes, odiados por nuestra mente, esos sueños punzantes que nos inyectan mensajes subliminales, envenenándonos de porvenires absurdos , pasados melancólicos y por momentos creando un presente irreal y efímero que solo nos deja un vacio inmenso, en el que aun se escucha el eco de unos pasos perpetuos, sobre un destino vagabundo.

Con cada paso que damos y cada pensamiento que arrojamos, vamos cambiando cada cosa de existencia vana, el cielo tiene más nubes que antes, y cada cosa esta sufriendo su metamorfosis fatal, llevándonos hacia el abismo de oscuridad, solo por que decidimos echarnos a andar y no supimos volar, pues nuestras raíces no nos dejaron despegar.

Dentro de mi mente van falleciendo a diario pensamientos, que este mundo absurdo ha decidido acecinar, en este donde cada espacio de tranquilidad se nos hace esquivo, resultando absorbidos por ese bullicio insomne que nos persigue como cazador furtivo, para teñir de negro mis sabanas blancas, que impecables solían acariciarme. Vamos andando ciegos ante lo profundo, solo buscando lo superficial y trivial en los oscuro de nuestros actuares, pues en esta realidad van caminando de la mano el infierno con el cielo generando un caos existencial, que nos va conduciendo por aquel desfiladero de mudas sombras, en el cual caminamos dando tumbos y tropezando a cada paso, para al final terminar deduciendo que solo tenemos que cambiar nuestro caminar, para acomodarnos a este camino desquebrajado y filoso.

Con suceso decadente vamos quedando absortos ante infinidad de situaciones y solo decidimos darnos un baño de hipocresía todas las mañanas.